miércoles, 26 de marzo de 2014

La Semana de la Mantequilla o el gran atracón de blini para recibir a la Primavera rusa






Ahora que Rusia alza su atronadora voz como en tiempos pasados y pone firme a Europa a causa de la cuestión ucraniana, es tiempo de recordar que el ruso es un pueblo grande por sus tradiciones - fruto de la mezcla de influencias vikingas, eslavas, bálticas, tártaras, bizantinas, centroeuropeas y de las paganas tribus esteparias - , su amor al arte y la música, su apego a la tierra que les vio nacer y sus ganas de disfrutar, a veces con todo lujo de excesos, de los placeres que les ofrece la vida, tal y como refleja el maravilloso cuadro pintado en 1869 por el pintor romántico de origen moscovita Konstantin Egorovich Makovskiy: 'Maslenitsa en la Plaza Admiralteykaya de San Petersburgo' (Foto 1). En él se refleja la bulliciosa celebración de la Maslenitsa (Semana de la Mantequilla -"maslo" es mantequilla en ruso- o Semana del Blin), la única festividad de origen pagano que simboliza el fin del invierno (que allí es la repera) y el renacer del sol y que se celebra en Rusia -generalmente en el mes de marzo- tras ser asimilada por la todopoderosa iglesia ortodoxa en su calendario oficial como antecendente a la Cuaresma, a modo de nuestro Carnaval. Originariamente eran 14 días de ritos continuados que las autoridades religiosas consiguieron reducir a sólo una semana allá por el siglo XVII. La relación con la mantequilla entronca con ancestrales costumbres paganas según las cuales al Sol se le engatusaba con la untuosa mantequilla para lograr su favor a lo largo del año…

¿Por qué se conoce como la Semana del Blin? Porque los blini (plural de blin), las famosísismas tortitas rusas elaboradas con trigo sarraceno, huevo, leche y mantequilla (su receta es muy similar a la de crêpes y filloas) son redondas y amarillas como el Sol, cuyo renacimiento se celebra tras las penurias invernales. La Maslenitsa dura exactamente siete días consecutivos, finalizando el domingo previo a la víspera de la Cuaresma. Cada día de la semana tiene un nombre tradicional y un simbolismo propio. A partir del jueves, como pasa con nuestra Semana Santa, se consideran días festivos y la gente deja de trabajar. Debido a la tradición de la Cuaresma, en la Maslenitsa no está permitido comer carne, así que la gente opta por los lácteos y el pescado para sustituirla esos días. Debido a estas limitaciones, las dos semanas anteriores suponen un cambio en la dieta habitual: en la llamada ‘vseednaya’ u ‘omnívora’, se puede comer de todo a voluntad, meitras que en la ‘ryabaya’ o ‘pecosa’ se alternan banquetes y ayunos.

Por supuesto, durante estos siete días que dura la Maslenitsa, lo suyo es atiborrarse de blini regados con abundante vodka… Los blini dulces llevan mermelada, chocolate, fruta de temporada, miel, frutos secos y crema de leche, mientras que el resto se cubren de crema agria con caviar, salmón ahumado, queso, patatas, champiñones, cebolletas picadas... Se acompañan con una bebida realizada en base a miel, llamada medovuja, introducida a finales del siglo XIX e inspirada en la bebida tradicional más antigua y popular del país, el hidromiel de tiempos de los principados vikingos de Kiev que cayó en desuso por la preferencia del zar Pedro I el Grande por dos bebidas que pasaron a ser las más consumidas en Rusia: el vodka (que se extendió desde Moscú al resto del país) y el vino, cuya producción impulsó el propio zar.

La lista de jornadas en las que se desarrolla la Maslenitsa es la siguiente:

Lunes: ‘La recepción’

Las familias se reúnen en torno a una mesa repleta de blini, dulces o salados, de los cuales una porción se regala a la gente pobre. Se fabrica con paja el gran muñeco que representa al Invierno y se lo viste con ropas viejas de mujer, se monta en un trineo y se recorre con él las calles cantando, hasta situarlo junto a uno de las pendientes nevadas por las que suele deslizarse la gente con sus trineos.

Martes: ‘El Día de los Juegos’

La gente joven sale a buscar pareja, y muchos hacen de celestinos con sus amigos solteros. Muchas parejas rusas se conocen y comienzan a salir en esta fecha, incluso los más jóvenes, dado que, en los últimos tiempos, es costumbre que ese día los padres sean muy permisivos y dejen a los novios encerrarse en una habitación el tiempo que quieran.
También es tradicional que los mayores de edad participen en bailes de máscaras donde tienen lugar las conquistas amorosas.

Miércoles: ‘La Golosa’

El nombre responde a que ésa es la jornada en que se celebran las populares competiciones de “devoradores de blini”, donde no sólo importa la velocidad sino también el número de tortitas zampadas. También recibe un premio quien cocine el blin más grande del concurso.
Ese día es el de más repercusión social de la Maslenitsa, ya que se abandona la intimidad del hogar para participar en numerosas actividades al aire libre, entre las que no faltan las carreras de caballos, excursiones en trineos, reuniones junto a hogueras o la toma de la Fortaleza Helada, ancestral tradición que consiste en trepar por un castillo construido a bases de bloques de hielo y nieve y conquistarlo, tras dejar atrás al grupo de personas que lo defienden, incluso armadas con ramas de árbol. La ‘conquista’ finaliza cuando la frígida fortaleza se derrumba bajo el peso de su invasor, como reproduce en su maravilloso cuadro de 1891, titulado 'La toma de la Fortaleza Helada', el grandioso Vasili Súrikov (Foto 4).

Jueves: ‘El Desenfreno’

Primer día festivo de la llamada Gran Maslenitsa o periodo de cuatro días que dura hasta el Domingo del Perdón y en el que no se trabaja.
En una ceremonia de lo más concurrida y que tanto recuerda a nuestro murciano Entierro de la Sardina, los jóvenes queman al monigote de paja vestido con harapos que personifica el Invierno, al que también llaman Maslenitsa. La del espantajo en llamas es una de las imágenes más conocidas de toda la semana de fiestas.

Viernes: ‘La Cena de la Suegra’

Los rusos invitan a sus suegras para agasajarlas con una gran cena en sus casas. Suelen enviar una delegación formal por la mañana con la invitación, y cuanto más numerosa es la comitiva de invitados que acuden con la suegra, mayor muestra de cariño se considera por parte del anfitrión hacia su madre política y quienes la acompañan.

Sábado: ‘La Caravana de la Cuñada’ 

Las jóvenes casadas invitan a sus cuñadas, las hermanas de su marido a comer blini en casa, con el fin de halagarlas y ganarse su favor. En Rusia tradicionalmente se consideraba que existía cierta tirantez entre una recién casada y las hermanas de su esposo, y esta jornada era el momento propicio para conocerse mejor y limar las posibles asperezas. Si las cuñadas están solteras, es costumbre invitar a hombres casaderos para ver si del ágape surge una nueva pareja. Si están casadas, son invitadas con toda su familia, por extensa que resulte la comitiva.


Domingo: ‘El Domingo del Perdón’

Algo así como un día de acción de gracias, donde todo el mundo perdona a todo el mundo, para comenzar la Cuaresma libres de pecado, y se hacen regalos mutuamente entre familiares y amigos o (más recientemente) se envían cariñosos mensajes por el móvil. Los recién casados solían visitar con regalos a los invitados a su boda y a los ‘celestinos’ y ‘celestinas’ que habían propiciado su casamiento.
También se conocía coloquialmente como el ‘Día de la Despedida del Queso’, porque a partir del mismo ya no podrían consumirse productos lácteos durante toda la Cuaresma, al igual que sucedía con el pescado, el vino o el aceite de oliva durante la mayor parte de ese periodo.

Lunes: ‘El Lunes Limpio’

Comienzo de la Cuaresma, con la gente limpia de pecados y del consumo alimentos prohibidos a lo largo de este periodo.


En época de los zares no había Maslenitsa que no tuviera sus espectáculos con osos domesticados, tan populare entre los rusos, y que, sin que la gente fuera consciente de ello, enlaza con el origen mismo de estas fiestas, en honor al dios pagano Volos, una divinidad neolítica de los cultivos y rebaños que era representada tradicionalmente como un oso.

La tradición más llamativa de todas es la de los combates a puñetazos entre multitudes de parientes, familiares, amigos y vecinos (hoy se celebran en un ring de manera ordenada) como manera simbólica de sacarse todos los males del cuerpo acumulados durante el invierno y como previa al acto del perdón dominical. Una costumbre maravillosamente recreada por Nikita Mikhalkov en su soberbio filme 'El barbero de Siberia' y que, según las crónicas del siglo XVII, además de muchos dientes partidos, mandíbulas rotas y ojos hinchados, en ocasiones dejaba hasta 200 muertos sobre el terreno, dada la violencia de los golpes. En la época comunista, salvo por los ágapes gastronómicos dentro de las casas, la mayor parte de estas tradiciones, sobre todo aquellas que suponían reuniones tumultuosas o se celebraban en público, estuvieron prohibidas.

Actualmente, la Masletnisa se celebra con gran popularidad y asistencia de público en diferentes lugares del mundo en los que existe una importante comunidad de origen ruso, como sucede en Inglaterra o Australia, entre otros escenarios.

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