viernes, 21 de mayo de 2010

El auténtico sabor de la aventura



































































































































































Junto a su serie estrella en torno a las andanzas de un joven reportero, Hergé contribuyó a la grandeza de la historieta europea de entreguerras, con otros personajes, si bien menores en el conjunto de su obra, bastante capaces de rivalizar en el aspecto gráfico y la frescura que aportaban con el propio Tintín. Entre ellos, cómo no, Popol y Virgina; tan en la línea de los primeros personajes de Disney, o ese par de gamberretes flamencos llamados Quick y Flupke que son el antecedente más evidente de nuestros castizos Zipi y Zape. Pero, sin duda, la gran serie que a mediados de los años treinta del pasado siglo estuvo en condiciones de rivalizar, e incluso superar en fama al rubiales del mechón y pantalones bombachos fue la protagonizada por los dos hermanos Legrand y su mascota, un travieso mono chimpancé cuyas barrabasadas tanto recuerdan a las protagonizadas en la gran pantalla por la tarzanesca Cheeta.

Jo, Zette y Jocko (canallescamente rebautizados en una reciente reedición española publicada por Panini como Jorge, Sara y Pipo) aportaban frescura, diversión y un gusto por la aventura basada en avances tecnológicos de la época (los grandes raids aéreos, los submarinos, los codiciados 'rayos mortales' capaces de eliminar todo un ejército, el cine o la radio...), epítomes del modernismo y el progreso como las grandes urbes de Estados Unidos y esos exóticos paraísos todavía sin hollar por el hombre blanco en pleno auge del colonialismo....

Con ese cóctel de ingredientes, Hergé preparó un producto de primera, seis años después del nacimiento de su Tintín, a petíción del padre Courtois, director del semanario francés 'Coeurs Vaillants' (corazones valientes), publicación dirigida a la juventud católica responsable de la difusión en tierras francesas de las aventuras de Tintín desde 1930 y que ofrecía así unos personajes que encarnaban los valores familiares mejor que el intrépido periodista, que carecía de familia o parientes conocidos. Tal ha sido su éxito desde entonces, que no faltan los muñequitos de plomo del trío entre los productos oficiales con el sello de Hergé (foto 13)

Para crear a Jocko, Hergé se inspiró en un mono de peluche, que replicaría un poco el papel del tintinesco Milú. Jo y Zette eran hijos del brillante ingeniero Jacques Legrand, que lo mismo te diseñaba un avión de ultimísima tecnología como el avanzado avión estratosférico Stratonef H 22 que te construía con éxito un puente colgante en una ubicación aparentemente imposible, mientras que su madre era la típica y abnegada ama de casa de la época.

Pronto secundadas por el éxito, las aventuras del trío comenzaron a publicarse en formato bitono en enero de 1936 con la primera de sus aventuras, 'El rayo misterioso' (plancha que abre el post), editada tras la Segunda Guerra Mundial en 2 tomos: 'El Manitoba no contesta' y 'La erupción del Karamako'.

Les seguiría, entre 1937 y 1938, 'El Stratonef H.22', agrupada en dos tomos a todo color publicados a partir de 1946: 'El testamento de Mr. Pump' y 'Destino Nueva York'. A modo de anécdota, en uno de estos álbumes aprece ya la figura de Rastapopoulos, enemigo encarnizado de Tintín

En abril de 1939 comenzó a publicarse lo que hoy conocemos como 'El Valle de las Cobras' (incialmente titulada 'Jo y Zette en el país del Maharadjah'), historieta que, como ocurriera con 'Tintín en el país del oro negro' fue interrumpida por causa del conflicto bélico y cuya finalización no tuvo lugar hasta 1953, empleando Hergé como verdadero 'negro artístico ' en el anonimato a su brillante colaborador Jacques Martin, autor de series míticas como 'Alix' o 'Lefranc', entre otras muchas, que sonríe a su vera en la foto conjunta, y cuya huella es claramente perceptible en el estupendo resultado final...

Esta aventura maravillosa, que comienza en los Alpes y concluye en el imaginario reino hindú de Gopal, es muy tintinesca y recoge influencias de los álbumes previos de Hergé relacionados con Oriente. Las divertidas secuencias que propicia el marajá, un tipo caprichoso y engreído que acaba salvando el pescuezo gracias a las buenas artes de la familia Legrand, forman parte de los mejor del cómic hergeniano. El álbum se encuentra, sin duda entre lo mejor del padre de Tintín, y constituye un digno remate para una serie que Georges Remi decidió abandonar definitivamente al sentirse constreñido y limitado por la necesidad de tener que pechar siempre con un trío protagonista que no le dejaba mucho margen de maniobra.

Sin embargo, decidió concederles una segunda oportunidad y contactó con Greg, uno de los mejores guionistas de la historia del cómic y el que, sin duda, mejor y más elegantemente ha lucido bisoñé, para que le preparara el argumento de la nueva pericipecia de los hermanos Legrand y su mono, que llevaría el título de 'Jo, Zette y Jocko y el Thermozero', aunque, finalmente, Hergé desechó la idea original y retomó el guión para una aventura de Tintín para la que realizño algunos story boards (fotos 2, 3 y 4; mirad qué chulada, y cómo el propio Hergé se distrae dibujando al margen otros personajes, aviones, barcos...) y una primera página completa, existiendo la creencia de que el abocetado completo de la historia, tal y como sucediera con 'Tintín y el Arte Alfa' se custodiaba en los ya tristemente disueltos Estudios Hergé... y hay quien sugiere que, tal vez, algún día, nos llevemos una sorpresa y sea publicado por quien actualmente detenta los derechos sobre esos fondos... ¡¡¡ni más ni menos que Canal + Francia!!!

Aunque parezca increíble, las aventuras de Jo, Zette y Jocko no se publicaron en lengua inglesa hasta 1986, transcurrido medio siglo justo desde que vieron la luz en la revista francesa. Como no podía ser menos, la historieta elegida fue 'El Valle de las Cobras', cuyo inmediato éxito propició que al año siguiente se editaran los otros cuatro tomos.

Si aún no los conocéis, os recomiendo vivamente su lectura para pasar algo más que un buen rato...

3 comentarios:

Wunderkammer dijo...

Un verdadero genio este Monsieur Remi.
¡Gracias por la recomendación y tan interesante post

sushi de anguila dijo...

De nada!!! Yo lo adoro, pero hay que reconocer que el elenco de sus colaboradores/negros era espectacular... de momento, creo que el único que queda vivo es el colosal Roger Leloup, de quien ya hablé en el blog...

Si estintinófila, no se pierda 'El Valle de las Cobras'... lo va a disfrutar tanto o más que con Tornasol, Castafiore, Haddock, Néstor y cía...

José Miguel Prefasi dijo...

Magnífica entrada...

Y quedamos a la espera de ver qué hace Spielberg con Tintín y Jackson con su continuación...